LUISA COTONER CERDO
Universitat de Vic
Una curiosa traducción
del Quijote al mallorquín
Uno de los personajes más interesantes salidos de la aguda imaginación borgiana es,
probablemente, Pierre Menard, que, como es sabido, dedicó su vida a escribir no una imitación del Quijote sino el Quijote} Salvando las distancias, podríamos empezar por anticipar que, en el caso de esta curiosa traducción al mallorquín de la obra cervantina, la pretensión de su traductor, el presbítero don Ildefonso Rullán, va más allá del mero traslado del Quijote a la lengua catalana, ya que lo que se propone es conseguir la mallorquinización del Quijote, procurando la asimilación de la vida y milagros de los personajes
cervantinos al imaginario popular de los payeses de Mallorca, concretamente, de la demarcación de Felanitx. Tal propósito es tan evidente desde la primera página que, no en vano,
su más se-ñalado comentarista, Miguel Bordoy, no duda en enmarcar esta traducción en un
presunto viaje de don Quijote y su escudero a Mallorca, donde,
después de deambular por nuestros pueblos y aldeas y cruzar por caminos polvorientos,
entran, caballero y escudero, sigilosamente, en Felanitx y, con grandísimo contento y
alborozo, se hallan con nuestros molinos de viento, hermanos de los del Campo de Criptana; con el castillo de Santueri, como otro castillo de los Duques; con los rebaños de ovejas
de blancos vellones de nuestras «possessions», gemelas del famoso ejército al cual
embistió Don Quijote; con los «cellers» de la calle del Convento, descendientes de las famosas bodegas cervantinas; con los graneros de Sa Cortera y «ses tafones» de Son
Bennasar: una estampa mallorquína como una réplica de la tierra manchega.
De no ser así, quizás, la traducción de Rullán no hubiera tenido demasiado sentido,
puesto que cuando don Ildefonso acomete su empresa, ya existían dos traducciones completas del Quijote al catalán, la de Eduart Támaro, que sólo llegó a ver publicada la primera
parte,3
y la de Antoni Bulbena i Tussell,4
que dedicó a ese menester, reescribiendo, puliendo y volviendo a dar a la imprenta versiones íntegras o parciales de la obra de Cervantes, cincuenta años de su vida, entre 1887 y 1936. Se constata, además, la existencia de
1
"Quienes han insinuado que Menard dedicó su vida a escribir un Quijote contemporáneo, calumnian su clara memoria. / No quena componer otro Quijote -lo cual es fácil- sino el Quijote. Inútil agregar que no encaró nunca una
transcripción mecánica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir una pá-ginas que
coincidieran -palabra por palabra y línea por línea- con las de Miguel de Cervantes." (Jorge Luis BORGES,
"Pierre Menard, autor del Quijote", Ficciones. Obras Completas. Barcelona: Emecé Editores, 1989,1.1, p. 446).
2
BORDOY CERDA, M., "La traducción mallorquína del Quijote." Panorama Balear, 55. Palma de Mallorca:
1956, p. 3.
3
L'ingenios hidalgo Don Quixot de la Mancha. Escrit per Miquel de Cervantes Saavedra y traduhit á la llengua
catalana per D. Eduart Támaro, llicenciat en jurisprudencia. Primera part. Barcelona: Estampa de Cristófol
Miró, 1882.
4
L'enginyós cavaller don Quixot de la Manxa. Compost per Miquel de Cervantes Saavedra. Traslladat á nostra
llengua materna, y en algunes partides lliurement exposat per Antoni Bulbena y Tusell. Barcelona: Tipografía de
F. Altes, 1891.
68
una traducción de entre 1836 y 1850, si bien sólo del capítulo XII de la primera parte, por
mano asimismo de un mallorquín, Jaume Pujol, tal y como recogen Montserrat Bacardí e
Imma Estany en su interesante artículo sobre las traducciones del Quijote al catalán.5
Por tanto, es la utilización de la variante dialectal mallorquína,6
y su consiguiente alejamiento del catalán estándar, lo que conforma en esencia la intención traductora de Rullán e
impregna de sentido el hecho de que éste volviera a trasladar un texto que ya contaba con
versiones tan meritorias como las anteriormente citadas.
Según indica Bordoy, Rullán fue sacando fragmentos de su traducción en forma de
folletín en el semanario El Felanigense,1
hoy de muy difícil consulta, aunque, afortunadamente, consiguió publicarla también en dos tomos, asimismo muy raros, de los que se
conservan ejemplares en algunas bibliotecas. La primera parte8
apareció en 1905, coincidiendo con la celebración del tercer centenario de la publicación de la obra original y la segunda9
al año siguiente.
Este dato, por otra parte, permite asociar la labor de Rullán a la llamada por Francesc
Carreras Candi «manía cervántica»10
, desatada desde años antes, en torno al mencionado
tricentenario. Manía que se manifestó no sólo en las traducciones" y estudios literarios llevados a cabo, sino también en otras muchas expresiones de fervor cervantino plasmadas en
las artes plásticas o en trabajos artesanales de cerámica, bordados, cueros repujados, abanicos, etc. que inundaron el mercado. Todo eso aparte de la nutridísima polémica suscitada
en la prensa entre partidarios y detractores del Quijote,n
en la que tomaron parte algunos
escritores mallorquines de primera fila, como el socialista Gabriel Alomar o el maurista
Miquel deis Sants Oliver, ambos alineados con los primeros. En concreto, Oliver, desde una
postura de vindicación de la lengua catalana y de la cultura autóctona, pretendía sobre todo
superar el lastre casticista del libro de Cervantes haciéndolo también suyo.13
Rullán, aunque por lo que sabemos, prescindió de entrar explícitamente en la polémica,
en las «Cuatre paraulas d'es traductor a n'es lectors», colocadas al frente del primer tomo de
su traducción, manifiesta una actitud reverencial respecto al Quijote muy cercana a estimaciones derivadas del Romanticismo: «Don Quixote y Sanxo son noltros mateixos, son
duas figuras universals»,14
y hace gala de su admiración por Cervantes al considerar el he5
BACARDÍ, M. e I. ESTANY, "La mania cervántica. Les traduccions del Quixot al cátala (1836-507-1906)", en
Quaderns. Revista de tradúcelo, 3, 1999, pp. 49-59.
6
Este rasgo diferenciador es señalado por todos los comentaristas de la traducción, empezando por el censor eclesiástico, el presbítero y doctor Mateo GELABERT en la "Crítica literaria" que sigue a la aprobación del tomo I de
la traducción de Rullán (pp. 326-327).
7
BORDOY CERDA, M., op. cit, p. 9.
8
L 'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha. Compóst per Miquel de Cervantes Saavedra y traduit ara en
mallorquí sa primera vegada per n'Ildefonso Rullán, Preveré. Llicenclat en Filosofía y Lletras. Felanitx:
Imprempta d'en Bartomeu Réus, 1.1, 1905.
9
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha. Compost per Miquel de Cervantes Saavedra y traduit ara en
mallorquí sa primera vegada per n'Ildefonso Rullán, Preveré. Llicenclat en Filosofía y Lletras. Felanitx:
Imprempta d'en Bartomeu Réus, t. II, 1906.
10
CARRERAS CANDÍ, F., Lo cervantisme a Barcelona. Barcelona: Estampa "La Catalana" de J. Puigventós,
1895.
" En el artículo de M. BACARDÍ e I. ESTANY antes citado, se indica que también en 1905, para conmemorar la
efe-mérides, la revista Catalunya, dirigida por Josep Carner, ofreció los capítulos II y III de la primera parte y el
IX de la segunda, en traducción del también mallorquín Joan Rosselló de Son Forteza (art. cit., p. 55).
12
Véase, al respecto, el riguroso estudio de Carme RIERA: La recepció del Tercer Centenari d' El Quixot a la
premsa de Barcelona (1905). Discurs llegit el dia 18 de juny de l'any 2002 en el acte de recepció pública de ...,
Reial Academia de Bones Lletres de Barcelona, 2002, pp. 5-96.
13
RIERA, C, ibidem, p. 24.
14
RULLÁN, I., "Cuatre paraulas d'es traductor a n'es lectors", en L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha,
t.I, op. cit., p. VI. [Respeto en todo momento la anómala ortografía catalana de Rullán a fin de no perturbar el
original y que el lector pueda juzgarla por sí mismo].
UÍÍM, ^xúanew ^jyidá 69
cho de traducir el Quijote como un homenaje al «Príncep de sas lletras castellanas». Cosa
que, por otra parte, considera que le excusa de cualquier yerro que haya podido cometer:
S'intenció devant Deu mos salva, perqué no'n duim altra mes que sa de oferir en el
Princép de sas lletras castellanas, una ofrena de rendiment y tribut d'admiració fent corre
en mallorqui per primera vólta sa seua obra inmortal que corre en tants de idiomas.15
En el mismo lugar, razona la traducibilidad de la obra cervantina a cualquier lengua,
puesto que en el Quijote son más importantes las ideas que las palabras, apoyándose en la
autoridad de cervantistas como «don Jusep M" Asensio» y el Dr. Thebussem, que, por ese
camino, han llegado a la conclusión de que el libro «lluny de esser difícil de traduir, es per
ventura de's mesfacils».'6
No pretende, por tanto, ser fiel a la letra sino conseguir producir en el lector un efecto
equivalente, ya que querer traducir su «lenguaje» sería empeñarse en traducir el espíritu de
Cervantes, lo que supondría, además de una gran temeridad y un grave defecto, el imposible de dar a otra lengua el «saborino» (saborcillo) literario que Cervantes le dio en la propia. De ahí, que no le importe que haya expresiones que no pueden ser dichas de igual modo si las puede trasladar de manera similar; como tampoco le importa suprimir palabras
como duelos y quebrantos, ya que ni siquiera -argumenta- sabían en qué consistían los
españoles de la época que no fueran de la Mancha; o dejar directamente en castellano
aquellas palabras que carecen de equivalencia en catalán.17
En realidad, lo que le importa es probar ante todos que su mallorquín tiene suficientes
recursos como para recrear una obra de tal envergadura, y no sólo en el catalán canónico,
sino en una de sus variantes dialectales actualizada, a menudo, en un habla local, siempre y
cuando los límites de su traducción coincidan con aquello que pueda trasladar sin perder de
vista el medio y las circunstancias concretas de su destinatario virtual:
¿Que mos importa, que hi haje expressions que no sa puguen dir iguals, si ne trobam de
parescudes? ¿Que mos fa a nóltros si no entenem referencias a cosas desconegudas perqué
no las usam?18
A partir de ese planteamiento, Rullán toma como falsilla de su versión la lengua viva
y coloquial del entorno felanigense, y, en ocasiones, echa mano también de la manera de
narrar de las rondalles, y así añadir, suprimir, cambiar o adaptar todo cuanto le parece necesario para cumplir con el objetivo que se ha marcado.
Situándonos en un hipotético -y, evidentemente, inexistente- encargo de traducción,
diríamos que Rullán ha tenido siempre en cuenta el perfil de un lector virtual,19
que se
corresponde con el de un mallorquín payés no demasiado culto, por lo que incluye, con frecuencia, notas explicativas, pero que, sin embargo, es capaz de interesarse por los personajes cervantinos y solazarse leyendo un Quijote completamente mallorquinizado.
15
RULLÁN, I., ibidem., p. IX. De esta postura de reivindicación del Quijote participa abiertamente Mateo
GELABERT, que, en la citada "Crítica literaria" que sigue a la aprobación, sí interviene en la polémica y arremete
contra los que aprovechan el centenario para hacer burla de don Quijote, llamándoles "vistas miopes" y afeándoles su falta de conocimientos y una conducta por la que deberían estar empagahits, esto es, avergonzados (t. I, p.
327).
16
RULLÁN, I., ibidem., p. VI.
17
RULLÁN, I., ibidem., p. VII.
18
RULLÁN, I., ibidem., p. VIL
" M. BACARDÍ e I. ESTANY se refieren a la "consciéncia límpida deis possibles destinataris de la versió" (art.
cit., p. 56), que, efectivamente, Rullán no pierde jamás de vista.
70 Una cwtiosO' Puiduccián' det
En ese sentido se expresa Bordoy al afirmar que:
Al hacer la versión al mallorquín, no hay duda que al traductor no le abandonó una preocupación: que «su» Quijote no sólo estuviese al alcance de los intelectuales, sino que llegara a los mismos payeses; que los felanigenses fueran los primeros que, en las noches invernales, en la cocina patriarcal, a los resplandores de los leños, se recrearan en la lectura del Quijote en mallorquín en vez de en la «rondaia de rondaies».20
Hay que añadir que nuestro presbítero ya había dado muestras de su interés por el
lenguaje popular con la publicación, en 1885, de su Colección políglota de refranes?
1una pintoresca recopilación de dichos y sentencias, organizados en bloques numerados del uno
al sesenta y tres, y sin guardar ninguna ordenación específica, cada uno de los cuales está
encabezado por una frase en latín, a la que siguen las equivalencias correspondientes en
castellano, mallorquín, italiano, francés, inglés y alemán. El mérito de la colección radica,
según el propio Rullán, en que:
Els refranys son, digamos-ho així, la ciencia democratisada; la ciencia que surt de son
ocult palau i se posa el vestit popular per tractar i coneixer fins la gent mes vulgar.22
Aunque haciendo hincapié en las dificultades que ha tenido en la búsqueda de refranes
mallorquines ya que:
Les col.leccions publicades en la nostra Uengua en teñen pocs de auténtics essent la major
part simples traduccions del castellá. Lo mateix socceeix, pero no tant sovint, en les
col.leccions de catalans.23
Búsqueda que continuó durante años y de la que también es fruto su obra Filología de
calendario?4
escrita en colaboración con Antonio Ma
Peña, donde el repertorio de modismos, refranes, cantares y materiales folklóricos de diversa índole está considerablemente
ampliado.
De uno u otro modo, no cabe duda de que estos trabajos le resultaron de gran utilidad
para resolver los problemas que le planteaba su traducción del Quijote, especialmente por
lo que se refiere al remedo del habla de Sancho, salpimentada, como es sabido, con todo tipo de aforismos, refranes y frases hechas.
Otras tareas que podemos, asimismo, apuntar como claros antecedentes de su versión
son el «Ensayo filológico. Método científico aplicado a la lengua mallorquína», aparecido
en 1884 en el prestigioso Museo Balear, y los Apuntes para un vocabulario etimológico
mallorquín, publicados en 1898, en separata de la revista Mallorca. Sin olvidarnos de sus
polémicos estudios sobre la ortografía mallorquína, de los que derivan las Cuatre paraulas
sobre ortografía, colocadas en la cabecera del tomo II de su traducción del Quijote. Criterios ortográficos, que trata de justificar pormenorizadamente,25
pero por los que tuvo que
sufrir, entre otras, alguna severa crítica por parte de mosén Antoni Maria Alcover.
20
BORDOY CERDA, M., op. cit., p. 9.
21
RULLÁN, I., Col.lecció poliglota de refranys. Arta: Tip. Cat. de A. Ferrer. Ginart, 1926.
22
RULLÁN, I., ibidem, p. 5.
23
RULLÁN, I., ibidem, p. 9.
24
RULLÁN, I. y Ma
PEÑA, A., Filología de calendario. Felanitx: Imprenta de Bartolomé Reus, 1903.
25
Comienza quejándose de la ausencia de normativa ortográfica en catalán, a consecuencia de lo cual, cada quien no tiene más remedio que "fer de sa capa un sayo"; así, los mallorquines, "orfens d'una autoritat académica", ti-ran cada uno "per son vent" y entre "sa nostra llengo y sa catalana hi reina aquesta llibertat", al contrario de lo que
7 1
De uno u otro modo, Rullán, que gozó de una formación filológica muy sólida26
y se dedicó después a los estudios lingüísticos, supo conjugar perfectamente sus conocimientos
clásicos con su capacidad de captar y reproducir las expresiones y giros más populares. A
partir de ahí, no tuvo trabas para adoptar, como base de su método traductor, la adaptación,
más o menos libre, del texto cervantino y como principal estrategia la llamada domesticación, yo diría mejor, la absoluta apropiación del original, puesto que, como he apuntado,
lo que pretende es re-escribir el Quijote, pero en mallorquín. Como consecuencia de lo cual,
en la medida en que tiende a invisibilizar el proceso de traducción, visibiliza, y mucho, su
labor como traductor-creador de un texto nuevo.
Veamos, a continuación, cuáles son las técnicas traductoras de las que se vale para salir
con bien de su propósito.
La primera, puesto que de ella dependen todas las demás, es la adaptación, que centra,
sobre todo, en la variación del tono y del registro cervantino adecuándolo a los usos dialectales propios de las Baleares, preferentemente, de los payeses, y en la búsqueda de la
equivalencia lingüística y cultural, mediante la incorporación de locuciones, refranes, culturemas e imitaciones de composiciones de tipo tradicional.
Tomando las dos versiones completas del Quijote antes citadas, para compararlas con la
de Rullán, la mera confrontación de los epígrafes de los primeros capítulos ya demuestra la
diferencia de enfoque y, consecuentemente, la disparidad de las opciones adoptadas. Bastará con la cita de los cuatro primeros:
Capítulo 1 Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente hidalgo don Quijote
de la Mancha
Támaro: Capítol Primer Que parla del llinatje y ocupacions del famós hidalgo Don Quixot
de la Mancha.27
Bulbena: I. Qui tracta del estament y ocupació del famos cavaller don Quixót de la
Manxa.28
Rullán: Capitol I Qui era y que feva el famós hidalgo Don Quixote de la Mancha
sucede con el castellano, aunque, en tiempos de Cervantes "no miraven tan prim"; el caso es que tiene que escribir
"a la risca a la ventura" por la poca tradición que existe de escribir en mallorquín, por lo que ha decidido apoyarse
en la autoridad de D. Tomás Aguiló Cortés (1817), autor de Rondaya de rondayas [sic]. Acaba presentando la
curiosa serie de normas ortográficas que ha decidido seguir, entre las que se cuentan la de negar-se a poner el
plural femenino con -e s mientras el singular sea en -a ; escribir la conjunción copulativa con y griega, en lugar de
con i latina como es preceptivo; conservar la grafía ñ, etc., etc. (pp. V-VII).
26
Estudió en la faculdad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, donde enseñaban, entre otros, Milá
i Fontanals o Rubio i Dors, y fue discípulo del catedrático Josep Balari i Jovany. Para la biografía de Rullán, véase
Antoni Pons: Mossén Ildefons Ruilan i el "Quixot". Esbos biografíe. Palma de Mallorca: Gráfiques Miramar,
1969.
27
Este titulillo lleva tres notas del traductor. La primera referida a la palabra "hidalgo" ("Las clases deis Infansons
d'Aragó y deis Cavallers á Catalunya, tenian alguna paritat, ab los Hidalgos de Castella, mes per no esser completa
la paritat s'usarán indistintament los dos denominaciones de Hidalgo y Cavaller y ab preferencia de la primera"); la
segunda justifica el tratamiento de Don por proceder de Dominus en lugar del En usado por "lo antich cátala"; la
tercera, referida a la conservación del topónimo Mancha por "lo respecte degut ais noms geo-grafichs" (véase
Tamaro, op. cit., p. 1).
28
Obsérvese que Bulbena, por el contrario, opta por adaptar el nombre Quijote y el topónimo Mancha; acepta en
cambio el tratamiento protocolario "don". Y, sobre todo, dedide traducir "hidalgo" por "cavaller" con lo que, a mi
juicio, vulnera la intención cervantina haciéndole caballero antes de tiempo. No ignoramos que Cervantes escribe
en el capítulo I de la primera parte: "...con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por
entenderlas y desentrañarles el sentido" (p. 38), sin embargo, creemos que, en este pasaje, está usada
genéricamente, teniendo en cuenta que la primera acepción del Diccionario de Autoridades la considera como
sinónima de hidalgo y es en la segunda cuando la relaciona con la Caballería: "Otrosí fue tomado el nombre de
Caballero de la Caballería".
72 Llna> cwiüxstv VutAuccián áe¿
Capítulo II Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don Quijote
T.) II Que parla de la primera sortida que de sa térra feu l'ingeniós D. Quixot
B.) II Que tracta de la primera exida que de sa térra feu lo fantasios don Quixót de la
Manxa
R.) II D. Quixote surt per primera vegada de's séu poblé.
Capítulo III Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse
caballero
T.) III Ahont se conta la graciosa manera que tingué D. Quixot per armarse cavaller
B.) III Graciosa manera que tingué don Quixót per ferse armar cavaller
R.) III D. Quixote es armat cavaller; pero y de quina manera!?
Capítulo IV De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta
T.) IV De lo que succehí á nostre cavaller á sa sortida de l'hostal
B.) IV D'a§ó que li esdevengué al nostre cavaller exint del hostal
R.) IV Conta lo que passá a D. Quixote cuant sorti de s'hostal
He subrayado el elemento más diferenciador en cada caso, que, como puede comprobarse, en Rullán siempre coincide con el alejamiento del registro estándar, propio de la lengua escrita, usado por Támaro y por Bulbena, para adoptar una solución acorde con el
registro coloquial. Así, en el primer caso, los sustantivos «condición» y «ejercicio», más
abstractos, son sustituidos por dos verbos concretos: ser y hacer. En el segundo, pasa otro
tanto con la palabra «salida», sustituida por la acción de salir (surt); mientras que «de su
tierra» queda reducido a «d'es séu poblé» (de su pueblo). En el tercero se produce la modulación del sintagma descriptivo «la graciosa manera», por la expresión emotiva «pero y de
quina manera» (pero de qué manera). Por último, en el cuarto caso, Rullán opta por el verbo más coloquial «lo que passá» (lo que pasó), frente a las opciones de Támaro, más fiel
«succehí» (sucedió), y de Bulbena «esdevengué» (ocurrió, sucedió) más culta.
Un resultado muy parecido arroja la comparación entre las tres versiones catalanas del
famosísimo arranque del Quijote:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que
vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Támaro: A cert poblet de la Mancha de qual nom no vull recordarme, no fa pas gaire, hi
vivia un hidalgo d'aquells de llansa en candelero, adarga antiga, rocí flach y galch
corredor.
Bulbena: En un poblet de la Manxa, que del seu nom no vull recordarme, vivia, no fa molt
temps, un de aquells hidalgos de llanca arraconada, adarga antiga, rocí magre y goc,
cagador.
Rullán: Dins un lloquet de la Mancha (y sas derreras que tench com s'anomena), hi vivia
no fa molt de temps un hidalgo d'aquells que solien teñir sa llansa derrera sa porta, un
escut de 's temps d'ets avis, un cavall magre y un ca falaguer.
Salta a la vista que la versión de Rullán es la que pretende, como venimos defendiendo,
un mayor acercamiento al perfil de su presunto lector, en este caso, mediante diversas técnicas: la utilización del diminutivo «lloquet» (lugarcillo); la inclusión de la frase hecha «y
sas derreras que tench com s'anomena» («y las últimas que tengo como se llama», en la
acepción de carecer de importancia); y la sustitución de referencias difíciles de comprender
para un payés, caso de «astillero», «adarga», «rocín» y «galgo corredor», por alusiones que
73
le resultasen mucho más familiares: «sa llama derrera sa porta» («lanza detrás de la puerta), «escut de 's temps d'ets avis» («escudo del tiempo de los abuelos»), «cavall» («caballo») y un «ca falaguer» («perro ágil, rápido»).
Las muestras de este registro abiertamente dialectal se multiplican por doquier y se
corresponden con los cuatro niveles de análisis lingüístico. Empezando por el fónico, en el
que, como era de esperar, se «salan» todos los artículos determinados, acabamos de verlo:
sa_ llansa, sa porta, es_ temps, ets^ avis, incluso cuando se trata de algo tan solemne como «es,
sermó de sas_ armas y sas lletras» (I, 232) y siguiendo por el léxico del que es un ejemplo la
palabra «ca», en lugar del estándar «¿jos» (perro).
Otros dos o tres párrafos tomados al azar ofrecen, una vez más, un repertorio harto significativo. Por ejemplo, en la carta de Luscinda a Cardenio, encontramos el apelativo «Mon
pare», usado ya sólo en las Baleares, y a continuación este fragmento:
Aquesta carta, m'empengué a demanar a na Lucinda per esposa; dona a comprende a D.
Fernando lo molt que valia aquella atlóta. y li fe neixe es mal desig de passarme devant,
donantli jo mateix s'ocasió. Son pare de na Luscinda, (vaig dir) vól que|s meu la deman, y
jo no m'atrevesc a proposarlei, perqué no estig segú de que ho vulgui fer;29
«Na» delante de nombre propio de mujer, que proviene del antiguo tratamiento
«donna», olvidado en el catalán estándar en favor del artículo «la»; «atlóta» («al Iota», muchacha, chica) también de uso restringido a las Islas, lo mismo que el sustantivo «nins/
nines» (niños/niñas) frente al estándar «nens/nenes» y, en otro lugar, «infants», que
corresponde a «filis» para referirse a los hijos de Sancho. Otros dialectalismos léxicos se
encuentran un poco más adelante, en la escena del casamiento de Luscinda con don
Fernando, cuando ésta se desmaya ante la carta de Cardenio: «Cóm era natural, sa mogué
un gran rébunbóri; y jo aprofitant es truy, surt per anarmen»?0
Escribe «Sa mogué» por
«es mogué» (se armó); «rébunbóri» por «rebombori» (alboroto, jaleo); «truy» por «trull»,
que en su acepción de bullicio o ruido es también dialectal. Como el tratamiento «vóssa
mercé» (vuestra merced), que encontramos puesto en boca del ventero, «s'hostaler», utilizado hasta hoy por los payeses y criados para dirigirse a los señores o por éstos como
muestra de respeto para con las personas de más edad. El sintagma «sa padrina» por
«l'avia» (la abuela); la contracción coloquial mallorquína «meém» por «veiam» (veamos);
el uso reiterado del verbo «xepar» por «xapar» (hender, partir en dos).31
Particularmente interesante resulta asimismo la constante intercalación de modismos y
refranes, traducidos, adaptados o inventados ad hoc por Rullán. Me limito a poner el ejemplo de traducción de la retahfla de dichos que engarza Sancho en un fragmento de la aventura de Sierra Morena32
(cap. XXV de la Primera parte):
-Ni yo lo digo ni lo pienso -respondió Sancho- Allá se lo hayan, con su pan se lo co-man
(1): si fueran amancebados o no, a Dios habrán dado cuenta. De mis viñas vengo (2). no
sé nada, no soy amigo de saber vidas ajenas (3), que el que compra y miente, en su bolsillo lo siente (4). Cuanto más, que desnudo nací, desnudo me hallo (5): ni pierdo ni gano.
29
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., 1.1, p. 170.
30Ibidem, p. 174.
"Ibidem, p. 212.
32
Anoto entre paréntesis un número para facilitar la localizacion de las correspondencias en el comentario que
sigue.
7 4 Una cuwasa VwAu&Uáiv del>
Mas que lo fuesen, ¿qué me va a mí?(6). Y muchos piensan que hay tocinos, y no hay
esta-cas (7). Mas ¿quién puede poner puertas al campo?(8). Cuanto más, que de Dios
dijeron.33
resulta así:
-Ni la pens ni la dig, (respongué en Sanxo), que es compongan si están espenyats, que
de's seu pa faran sopas (1). y si foren ó no foren 6 deixxaren d'esser, es seu conté darán a
Deu; jo fas sa meua via (2) y cali y no se res perqué no m'agrada fer es contes a casa
d'altri (3). y qui compra y ment a sa bossa ho sent (4). y sobre tot ni pert ni guany, teng lo
que vaig dur de's neixe (5) y no aniré en romanssos (6). Y si fossen lo que diu sa gent; tal
dia fará un añ (*) y me'n fas tróns (*); y també dig: que molts se penssan trobar truvtas.
allá hon no hi trobarian óus (7), [...] y qui será capas de posar portas a n'es camps (8)
cuant de Deu digueren.34
Rullán traslada casi literalmente (4) y (8), respectivamente, «qui compra y ment a sa
bossa ho sent» (quien compra y miente en su bolsa lo siente) y «qui será capas de posar
portas a n'es camps» (quién será capaz de ponerle puertas al campo). Encuentra la equivalencia funcional en (1), (2), (3) y (7), respectivamente, «de's seu pa faran sopas» (de su
pan harán sopas);35
«jo fas sa meua via» (yo sigo mi camino); «no m'agrada fer es contes a
casa d'altri» (no me gusta hacer las cuentas ajenas, literalmente, «en casa de otro»); y
«molts se penssan trobar truytas, allá hon no hi trobarian óus» (muchos creen que encontrarán tortillas donde no encontrarían huevos). Construye una frase de sentido paralelo en
(5) «teng lo que vaig dur de's neixe» (tengo lo que traje cuando nací). En (6) sustituye la
pregunta por un modismo «no aniré en romanssos» (no iré con cuentos). Por último, refuerza el tono sentencioso de Sancho añadiendo dos expresiones más, las señaladas mediante asterisco, «tal dia fará un añ» (tal día hará un año), que coincide por completo con la
castellana, y otra, «me'n fas trons», que equivale a «me importa un bledo».
Es de destacar, asimismo, la inclusión de lo que podríamos denominar con toda propiedad culturemas. Por ejemplo, una de las veces en que Sancho se entremete en la conversación de su amo, Rullán escenifica esa intromisión echando mano de la expresión coloquial «fer de Pere Mateu», aludiendo al entrometido y marisabidillo por antonomasia de la
imaginería popular mallorquína. Leemos en el texto de Cervantes:
Díjole también Sancho:
-Si acaso quisieren saber esos señores quién ha sido el valeroso que tales los puso, diráIes vuestra merced que es el famoso don Quijote de la Mancha, que por otro nombre se
llama el Caballero de la Triste Figura.36
Y en la traducción de Rullán:
En Sanxo, fent de Pere Mateu afagi: —Si acás aquests señors preguntan, qui es es valent
que los ha devestat digue vosa mercé, qu'es el famós D. Quixote de la Mancha, per altre
nóm dit: el Cavaller de la Trista Figura.37
33
CERVANTES, M. de, Don Quijote de la Mancha. Barcelona: Instituto Cervantes, Crítica, 1998, p. 273.
14
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., 1.1, p. 149.
35
Las sopas mallorquínas se hacen escaldando pan, cortado en rebanadas muy finas, en un caldo hecho con las
verduras propias de cada estación.
36
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 205.
L'enginvós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., t. I, p. 102.
75
Otro ejemplo de culturema, imposible de trasladar a otro entorno, es el que encontramos en el tomo II, cuando Rullán traduce la frase: «Esfuércese, esfuércese, que el
descaecimiento en los infortunios apoca la salud y acarrea la muerte »,
3i que traslada así:
«Fasi un esfórs y s'anim, qu'es disgust,[sic] si mos ajeim, mos duran a son Tritio»,7
'
9
(haga
un esfuerzo por animarse, que el disgusto, si nos dormimos, nos llevará a Son Tritio). Son
Tritio es el antiguo nombre de la finca donde está asentado el cementerio de Palma. Nótese
también la forma dialectal del pronombre personal «mos» por «ens» (nos), preferida a lo
largo de toda la versión, lo mismo que el uso del verbo «dur» (llevar), usual en Mallorca en
lugar de su sinónimo «portar» utilizado en Cataluña.
También la fraseología propia de los cuentos típicamente mallorquines, ses rondalles,
aparece de vez en cuando en las páginas de la versión de Rullán. Por ejemplo, para sustituir
el escueto «desnudaron al licenciado, quedóse en casa, y acabóse el cuento», con que Cervantes cierra el disparatado relato del loco sevillano en el capítulo I de la Segunta parte, que
Rullán convierte en: «tornaren a desvestir es loco, l'engabiaran altra vblta y si no son
morís son vius. »40
En cuanto a la traducción de nombres propios, topónimos, títulos, tratamientos protocolarios, etc., Rullán especifica, en el citado preámbulo Cuatre paraules d'es traductor a
n'es lectors, los criterios generales que ha decidido adoptar. Comenzando por el nombre
Quixote y no Quixót (como es normal en catalán) porque «tota la vida haviam sentit dir
Quijote y mos ve molt de nbu tal mudansa, com mos hi vendría sentir Sanx per Sanxo». Se
apoya, además, en que en mallorquín no existe ningún sonido como la j castellana, por lo
que deja la palabra como la escribió Cervantes «advertint que en aquells temps, es
castellans pronunciavan sa x tal com ho feim neutros avuy die» (obviamente, esta última
apreciación es errónea, ya que la grafía x correspondía al sonido actual de la/). Y aún añade
en la nota:
Si volguessem traduir al peu de la lletra sas paraulas don Quijote, hauriam de dir: Don
Cuxera; perqué Cervantes, per donarli mes carácter li posa es nom d'una pessa de
s'armadura. Es quijotes eran es guarda cuixas y per aixó sa deian cuxéras y sas péssas de
sas camas, cameras.41
También decide conservar en castellano palabras como hidalgo, ya que se trata de una
condición social que no tiene equivalente en Mallorca y traducirla literalmente «filldalgo»
le parece «entrevessada» y traducirla como «gentilhomo», demasiado «franssesa». Y lo
mismo ocurre con dueña, palabra que, en su opinión, tampoco se corresponde con «criada,
ni donsella, ni cambrera, ni ama de llaves, ni majordoma»42
y que, por tanto, la deja en la
lengua de partida.
En la práctica, sin embargo, suele alternar la conservación de nombres propios y topónimos con la adaptación fonética, así mantiene la Mancha, el Cid, Amadís de Gaula,
Bucéfalo, etc., mientras transcribe «Tobos», «Dolssinea», «Felicia de Sylva», «Bernat del
Carpí» o «Rossinant», y tantos otros.
38
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 631 .
M
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., t. II, p. 11.
40
Ibidem,'p. 12.
41
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., t. I, pp. VII-VIII.
42
Añadiré que "majordoma" es la palabra que escoge para traducir "ama"; en cambio, Támaro y Bulbena se
deciden ambos por "mestressa".
76 lina cunia&íb tmÁucclárb deh
Por otra parte, resultan muy ingeniosos los arreglos que hace con los motes de Ginés de
Pasamonte/«Geneí de Passamunt», Ginesillo de Parapilla/«Gcneto de Passaipilla», don
Ginesillo de Paropillo/«¿)on Geneta de Passadepillo», en los que logra un equilibrio
perfecto entre el sonido y el juego de palabras inventado por Cervantes. O cuando traslada
Júpiter Tonante como «Júpiter es des tróns», en una estupenda adaptación popular.
Me referiré, por último, a otro recurso, el de la omisión, al que Rullán apela cuando se
encuentra con un escollo de traducción que le parece imposible de salvar sin traicionar el
objetivo de la versión que se ha impuesto.
En términos generales, Rullán suprime todo aquello que le estorba, ya sea porque le
parece un elemento marginal que no aporta nada al conjunto de la historia, ya sea porque le
parece demasiado alejado de lo que hoy llamaríamos el skopos de su traducción. En mi opinión y ciñéndome sólo a las omisiones más evidentes de la primera parte, la supresión de la
novela El curioso impertinente (capítulos XXXIII y XXXIIII) responde a la primera suposición; en cambio, la eliminación de muchos textos poéticos, especialmente en metros cultos, responde a la segunda.
En efecto, teniendo en cuenta quiénes eran los destinatarios virtuales de su traducción,
¿para qué entretenerse trasvasando al mallorquín la «Canción de Grisóstomo» (capítulo
XIII), a la que alude como Canssó de desespero! Omisión que justifica en nota a pie de
página calificando el fragmento de «poc interessant», ya que, incluso, el propio Cervantes
no se consideraba muy dotado para los versos, según hace constar en su Viaje al Parnaso
[sic]: «Yo que siempre trabajo y me desvelo/por parecer que tengo de poeta/la gracia que
no quiso darme el cielo».43
Rullán opta por obviar la cuestión indicando que los personajes
de la venta «lletjexen» (leen) la susodicha canción y continúa traduciendo lo que sigue.
Otro tanto hace con el «Cantar de Cardenio» (capítulo XXVII); con los sonetos «Santa
amistad, que con ligeras alas», «Almas dichosas que del mortal velo» y «De entre esta tierra
estéril derribada»; y con la oda «Dulce esperanza mía». Antes ha suprimido también, por
descontado, todos los poemas burlescos con que Cervantes sustituye los habituales elogios
colocados en el preámbulo de los libros importantes, así como los cuatro sonetos finales y
el epitafio de Dulcinea. Sin embargo sí traduce con donaire el de don Quijote:
DEL CACHIDIABLO, ACADÉMICO
DE LA ARGAMASILLA, EN LA SEPULTURA
DE DON QUIJOTE
Epitafio
Aquí yace el caballero
bien molido y malandante
a quien llevó Rocinante
por uno y otro sendero.
Sancho Panza el majadero
yace también junto a él,
escudero el más fiel
que vio el trato de escudero.44
ELS ACADEMICS DE L'ARGAMASILLA,
LLOQUET DE LA MANXA, EN VIDA Y EN
MÓRT DEL VALERÓS D . QU1XOTE
HOC SCRIPSERUNT
Demunt es vas
Aci jau lo cavaller,
que demunt en Rossinant,
ben batut, y mal andant
passeitjá lo mon enter.
Sanxo Panxa l'escuder,
bón homo, pero doyut,
y a vegadas molt agut;
per no dixar son señor
a qui servi ab molt amor;
devora ell está aijegut.45
' L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit, 1.1, p. 66.
' Don Quijote de la Mancha, op. cit., pp. 595-596.
' L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., 1.1, p. 323.
usa K.<x 11
Está claro que la imitación del habla coloquial de los payeses, si bien puede resultar
idónea para trasladar un epitafio jocoso como el citado, no lo es tanto para expresar las
emociones amorosas a la manera pretrarquista y en endecasílabos. De hecho, sólo se
arriesga a traducir un único soneto. Se trata del siguiente:
O le falta al Amor conocimiento
o le sobra crueldad, o no es mi pena
igual a la ocasión que me condena
al género más duro de tormento.
Pero, si Amor es dios, es argumento
que nada ignora, y es razón muy buena
que un dios no sea cruel. Pues ¿quién ordena
el terrible dolor que adoro y siento?
Si digo que sois vos, Fili, no acierto,
que tanto mal en tanto bien no cabe
ni me viene del cielo esta ruina.
Presto habré de morir, que es lo más cierto:
que al mal de quien la causa no se sabe
milagro es acertar la medicina.46
O li falta al amor coneixement,
O li sobra crueldat, ó no's ma pena
Igual a l'ocasió que me condena
a sa casta mes forta de torment.
Pero si amor es Deu, es argument
Que tot ho sap, y es rahó sens esmena
Qu'un Deu no sia cruel. ¿Puig qui ordena
El greu dolor qu'estim y que tant sent?
Si dig que sou vos, Fili, no acert,
Que tant de mal en tan de be no cab,
Tampóc del cel me ve semblant ruina,
Que prest he de morir es lo mes cért,
Qu'a un mal des qui la causa no se sab,
Miracle n'es trobarli medecina.47
Aunque el soneto, en mi opinión, está muy bien conseguido, al tratarse de una composición culta, tanto el tono como las alusiones mitológicas y pastoriles se salen del aire
peculiar que Rullán quiere imprimirle al libro. Sabe traducir a la manera de los cultos, pero
prefiere dedicarse a los versos de tipo tradicional, mucho más acordes con la sensibilidad y
preparación intelectual de sus presuntos lectores.
Por eso, salvo la excepción antes citada, se limita a transvasar versos de arte menor,
como los octosílabos del romance:
Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido
como fuera don Quijote
cuando de su aldea vino;
doncellas curaban del;
princesas, del su rocino.48
No hi ha'gut cap cavaller
de damas tan ben servit,
com ho va ser D. Quixote
cuant de's seu poblé sortí;
d'ell ne curavan donsellas,
princesas de son rossi.
Más adelante, también traduce el antecedente de esta parodia, referido, como es sabido a
Lanzarote, los pareados que aluden a don Roldan. Y las redondillas del epitafio, en el que
Ambrosio subvierte el discurso de Marcela:
Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado,
que fue pastor de ganado,
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía de amor.50
Aci jau mórt un pastor,
que de pena es consumí,
per no poder consseguí
ser d'una oveya señor.51
46
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 252.
47
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., t. I, p. 134.
48
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 52.
49
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., 1.1, p. 10.
78 cwú&sll ttiaAuxxiúiv dñh c?t/tu¿ci¿& (w maiiOMii
Aunque en este caso, Rullán sólo traduce la primera estrofa, lo que resulta suficiente
para la conservación del sentido del texto, y más con la acertada imagen bucólica con que
sustituye la del original. Quizás, pudo ocurrir que el traductor renunciara a terminarlo al no
conseguir trasladar la armonía sonora, que, en efecto, se rompe al mantener rimas agudas en
todos los versos.
Traduce también con soltura los versos que don Quijote compone en honor de Dulcinea
mientras hace penitencia, como muestra, copio sólo la primera quintilla:
Arboles, yerbas y plantas
que en aqueste sitio estáis,
tan altos, verdes y tantas,
si de mi mal no os holgáis
escuchad mis quejas santas.52
Arbres, herbetes y plantas
qu'n aquest siti viviu,
tan altas verdas y tantas
si de mon mal no us gaudiu
escoltau mes queixes santas.53
Y parte del romance de don Luis, con el que comienza el capítulo XLIII:
—Marinero soy de amor
y en su piélago profundo
navego sin esperanza
de llegar a puerto alguno.
Siguiendo voy una estrella
que desde lejos descubro,
más bella y resplandeciente
que cuantas vio Paliduro.
Yo no sé adonde me guía
y, así, navego confuso,
el alma a mirarla atenta,
cuidadosa y con descuido.
Recatos impertinentes,
honestidad contra el uso,
son nubes que me la encubren
cuando más verla procuro.
¡Oh clara y luciente estrella
en cuya lumbre me apuro!
Al punto que te me encubras,
Será de mi muerte punto.54
Del amor som mariner,
y naveg sense esperansa,
alluny de mi teng el port,
y sas onas me combatan.
Mir un estel resplandent,
queja surt, queja s'amaga;
y cuant mes el vuy mirar,
llevó es niguls mes el tapan.
¡ Ay estelet ben vulgut!
si cualque die t'apagas,
aquell sera fet de mi,
afons nirem jo y sa barca.55
Todo ello, creo que es buena prueba de la gran habilidad traductora del mosén mallorquín. Se me quedan muchísmas más muestras en el tintero, pero ha llegado el momento de
dejarlas para otra ocasión.
Sólo quiero añadir, para finalizar, una anécdota atribuida a un clérigo llamado Siula y
recogida por Miguel Bordoy, que cuenta lo siguiente: cierto día que ese cura paseaba por
las afueras del pueblo, se encontró con un payés que estaba labrando y le invitó a llenar su
pipa de barro de tabaco. El labriego aceptó complacido y se puso a fumar, pero tras unas
bocanadas, exclamó: «¡Señor, tengo que terminar de labrar, es tarde, y albarda sobre
50
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 156.
51
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., t. I, p. 70.
52
Don Quijote de la Mancha, op. cit., p. 292.
53
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit.. 1.1, pp. 161-162.
34
Don Quijote de la Mancha, op. cit., pp. 500-501.
55
L'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha, op. cit., 1.1, pp. 262-263.
79
albarda! ¡Arri, mulet!». El clérigo, asombrado, le preguntó que de dónde había sacado tal
expresión, a lo que el payés respondió:
-Pues mire [...] todos los sábados voy a Felanitx a comprar El Felanigense y por las
noches, junto al fuego, leemos el Quijote y ¡es muy gracioso!; surten es «molins des
Collet», «sa tafona de Son Bennasser», «es celler d'En Pollenc,a» i ses ovelles de «Son
Hereu»; feim es panxó de riure.56
Sea o no cierto el relato, la traducción de Rullán, indudablemente, logró que los payeses
de Felanitx disfrutaran de las peripecias de los personajes cervantinos contadas en su propio
dialecto local, y consiguió demostrar que el mallorquín también era capaz de acoger una
obra tan monumental como el Quijote, en una época en que la consolidación de cualquier
lengua de cultura pasaba necesariamente por el cedazo de ampliar el canon de su propia
literatura mediante las traducciones de otras lenguas.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
BACARDÍ, M. e I. ESTANY, "La mania cervántica. Les traduccions del Quixot al cátala (1836-50?-
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BORDOY CERDA, M., "La traducción mallorquína del Quijote". Panorama Balear, 55. Palma de
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BORGES, J. L., "Pierre Menard, autor del Quijote", en Ficciones. Obras Completas. Barcelona:
Emecé Editores, 1989, t. I, p. 446 y ss.
CARRERAS CANDI, F., Lo cervantisme a Barcelona. Barcelona: Estampa "La Catalana" de J.
Puigventós, 1895.
CERVANTES, M. de, Don Quijote de la Mancha. Edición del Instituto Cervantes dirigida por
Francisco Rico, con la colaboración de Joaquín Forradellas y otros autores. Estudio preliminar de
Fernando Lázaro Carreter. Barcelona: Instituto Cervantes, Crítica, 1998, 2 vols.
— L 'ingenios hidalgo Don Quixot de la Mancha. Escrit per Miquel de Cervantes Saavedra y traduhit
a la ¡lengua catalana per D. Eduart Támaro, llicenciat en jurisprudencia. Primera parí.
Barcelona: Estampa de Cristófol Miró, 1882.
— L'enginyós cavaller don Quixot de la Manxa. Compost per Miquel de Cervantes Saavedra.
Traslladat á nostra ¡lengua materna, y en algunes partides lliurement exposat per Antoni Bulbena
y Tusell. Barcelona: Tipografía de F. Altes, 1891.
— L 'enginyós hidalgo Don Quixote de la Mancha. Compost per Miquel de Cervantes Saavedra y
traduit ara en mallorquí sa primera vegada per n'Ildefonso Rullán, Preveré. Llicenciat en
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RULLÁN, I., Col.lecció poliglota de refranys. Arta: Tip. Cat. de A. Ferrer. Ginart, 1926.
— y Antonio M" PEÑA: Filología de calendario. Felanitx: Imprenta de Bartolomé Reus, 1903.
— "Ensayo filológico. Método científico aplicado a la lengua mallorquína", Museo Balear, Segunda
Época, 1884, p. 415 y ss.
— Apuntes para un vocabulario etimológico mallorquín, separata de la revista Mallorca
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